domingo, 10 de noviembre de 2013

PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN DEL RIESGO PSICOSOCIAL.

Cada vez más familias toman conciencia de la importancia de la afectividad
Durante estos tres últimos años, en el sector oeste de Piura, son cada vez más los padres y las madres que toman conciencia de la importancia de dar afecto a cada uno de sus hijos e hijas. Desde el año 2010, trescientas familias vienen participando de un proceso formativo en el que se trabajan temas como pautas de crianza, organización familiar y afectividad, con el fin de mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes, alejándolos de riesgos psicosociales.
Esto gracias al proyecto que el Centro Ñari Walac, miembro de  la Alianza para la prevención y protección del riesgo psicosocial, ejecuta en Piura, con el financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid) como una experiencia en desarrollo con la expectativa de ser transferida al Estado, una vez llegue a su término.
Según señaló la psicóloga Lorena Gonzáles Rodríguez, asistente del componente que tiene a cargo el trabajo con las familias beneficiarias del proyecto, las situaciones que se pudieron evidenciar en el sector oeste de Piura al inicio del proyecto, fueron la ausencia física y emocional por parte del padre, pleitos entre los padres, golpes e insultos como único camino correctivo y una precaria situación económica. 
Por ello, destacó que es fundamental la base afectiva al interior de las familias, ya que si existe comunicación, cariño y respeto entre sus miembros, es mucho más fácil prevenir situaciones que tengan como consecuencias, graves problemas sociales.
Gracias al proceso formativo, estas 300 familias saben que el educar desde la familia es fundamental para tener una buena comunidad. En ese sentido los padres han aprendido a ser ejemplo para sus hijos, ser responsables y participes de sus vidas, a organizarse en los ratos libres para compartirlos en familia y en repartir de manera equitativa las tareas del hogar para formar hombres y mujeres justos. Todo ello bajo el concepto de la afectividad.
Un padre, por ejemplo, refirió en una de las visitas: “Yo antes, le soy sincero, dejaba que mi esposa se encargue de todo, de las cosas de la casa y de mis hijos, porque como yo trabajaba todo el día y solo llegaba a almorzar, yo creía que ella tenía más tiempo que yo, pero me di cuenta que no se avanza con todos mis hijos. Pero ahora ya no, cuando los voy a dejar o a recoger al colegio me voy hasta su aula y hablo con la profesora para ver cómo se ha portado mi hijo, qué tareas tiene y cómo va en sus notas y si yo no sé lo de la tarea, busco a una vecina que tiene su hija en secundaria para que por ahí le enseñe a mi hijo y ya no pierde el tiempo en la calle”.  “Esos son los cambios que se han generado, por ejemplo” señaló, para formar y fortalecer familias, orientándolos y acompañándolos en la construcción de factores de protección ante riesgos psicosociales.

Este programa formativo culminará el próximo año como parte del proyecto integral que trabaja, además, con escuelas y dirigentes comunales de los asentamientos humanos Santa Julia, Túpac Amaru, Santa Rosa, San Martín, Nueva Esperanza, Villa Perú Canadá, Villa Kurt Beer, Aledaños Kurt Beer, Micaela Bastidas, Capullanas y Enace. Se espera que luego de finalizado el proyecto, las familias pongan en práctica todo lo aprendido, y a la vez, en base a su experiencia, puedan ayudar a otras familias que necesiten orientación sobre estos temas y que no hayan tenido la oportunidad de recibir esta formación.

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