martes, 31 de mayo de 2016

Solemne Santa Misa y Procesión del Corpus Christi 2016.

CON MULTITUDINARIA MUESTRA DE FE, PIURA LE ABRIÓ SU CORAZÓN A JESÚS SACRAMENTADO.
En el Año de la Misericordia, una vez más el pueblo piurano demostró su gran fe y amor a Jesús Eucaristía. Esta tarde una multitud de fieles se congregó en el atrio de la Basílica Catedral de nuestra ciudad, para participar con devoción de la Santa Misa en la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, la misma que fue presidida por nuestro Arzobispo Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., concelebrada por numerosos sacerdotes de nuestra Arquidiócesis, y ofrecida por nuestra patria el Perú.

Celebramos una fiesta entrañable para nosotros los católicos piuranos, una fiesta que hace que Piura sea llamada con toda justicia “Ciudad Eucarística”. Celebramos la gran fiesta del Corpus Christi. La Eucaristía es un misterio grande, que supera y pone a prueba la capacidad de nuestra mente de ir más allá de las apariencias.

En el Evangelio (ver Lc 9, 11-17) apreciamos la preocupación y la generosidad amorosa del Señor Jesús. Es mucha la gente que le ha seguido para escuchar sus palabras y pedirle que cure a sus enfermos. El día comienza a declinar y la gente como es natural comienza a tener hambre.

De otro lado, recibir a Jesús en la Eucaristía llena nuestra vida, a menudo marcada por el dolor, las pruebas, el desaliento y el sufrimiento, de gran consuelo y  esperanza. La Eucaristía nos da la fuerza para el peregrinar y sobre todo la fortaleza para construir un mundo más justo y reconciliado.

Jesús con el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces, no elimina la preocupación por la búsqueda del alimento cotidiano. No elimina la preocupación por el trabajo de aquello que pueda hacer nuestra vida más solidaria y fraterna. Pero Jesús se queda en la Eucaristía para que a través de nuestro encuentro con Él en el misterio de su Cuerpo y Sangre, surja en nosotros el compromiso por la evangelización, el impulso de la solidaridad, el anhelo y el trabajo por construir una sociedad más digna de la persona humana donde se alcance el bien común. Sí hermanos: De la Eucaristía ha brotado a lo largo de la historia torrentes de amor, de justicia y de fraternidad. Por eso podemos proclamar: ¡Sólo de la Eucaristía brotará la paz que tanto ansiamos! ¡Sólo de la Eucaristía brotará la Civilización del Amor!.

En agosto del año pasado con ocasión del X Congreso Nacional Eucarístico y Mariano le pedimos al Señor que alejara de nosotros el peligro de un Fenómeno el Niño extremadamente severo que pudiera sembrar destrucción y muerte. Más bien, le pedimos que nos concediera la gracia de un tiempo sereno con suficiente lluvia, tan necesaria para nuestra subsistencia y para la fecundidad de nuestros campos y sobrevivencia de nuestro ganado. El Señor escuchó nuestra oración y por eso hoy le damos las gracias adorándole en la Hostia Santa, y a la vez le renovamos nuestro ruego para que aleje de nuestra Región todo mal y cualquier desastre natural. Que más bien nos siga bendiciendo, cuidando y ayudando en todo momento.

Hermanos: Nunca hay que subestimar el poder de la oración y menos el poder de la oración hecha delante del Santísimo Sacramento.La oración unida con este divino misterio, tiene un poderimpresionante.Por ello fomentemos aún más en nuestras parroquias, comunidades y en nuestra vida cristiana, la adoración solemne del Santísimo Sacramento, el Ejercicio de la Hora Santa, la celebración de los Jueves Eucarísticos y del Primer Viernes de mes, junto con la Visita diaria a Jesús presente y hay veces muy olvidado en el Sagrario.

Al culminar la Santa Misa miles de fieles participaron de la tradicional procesión del Corpus Christi, colmando la Av. Grau de nuestra ciudad hasta la parroquia Santísimo Sacramento, dando testimonio público de su fe en la presencia real del Señor Jesús en la Eucaristía. En medio de vivas y emotivos aplausos, homenajes y una lluvia de papel picado, los fieles de las parroquias, los sacerdotes, religiosas, miembros de movimientos y hermandades, así como las autoridades de la Región se unieron como una sola comunidad de fe, que guiados por nuestro Arzobispo acompañaron el recorrido procesional adorando la Hostia Santa con cánticos festivos, oraciones y muestras de recogimiento y agradecimiento.

A su paso en el carro eucarístico Jesús Eucaristía fue derramando su abundante bendición sobre las familias, niños y jóvenes, ancianos y enfermos mientras recorría las calles hermosamente adornadas con alfombras de flores especialmente preparadas para la ocasión. Finalizada la procesión Monseñor Eguren impartió la bendición solemne con el Santísimo Sacramento a todos los presentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario