El consumo inapropiado de
suplementos vitamínicos en niños y adolescentes en edad escolar podría
provocarles intoxicaciones, alergias y hemorragias en lugar de mejorar su
rendimiento académico. Cualquier tratamiento con estos productos solo debe
realizarse bajo prescripción médica, informó la Dirección General de
Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) del Ministerio de Salud (Minsa).
También indicaron que los suplementos vitamínicos tampoco mejoran la memoria de los escolares como comúnmente se cree, y que, al parecer es la razón por la que se incrementa su consumo en época de exámenes.
También indicaron que los suplementos vitamínicos tampoco mejoran la memoria de los escolares como comúnmente se cree, y que, al parecer es la razón por la que se incrementa su consumo en época de exámenes.
“Es un gran error pensar que los suplementos multivitamínicos
pueden reemplazar una adecuada alimentación; deben saber que la principal
fuente de vitaminas la proporciona la propia naturaleza a través de las frutas,
verduras, hígado, huevos y otros alimentos que se deben consumir a diario y con
la mayor variedad posible”, insistieron.
Solo así se tendrá la
seguridad de que los escolares reciben una adecuada nutrición que les
proporcionará la energía que necesitan para su desarrollo físico y aprovechar
los conocimientos que se les imparte en el colegio, enfatizaron.
Los voceros de la Digemid detallaron que si un menor
presenta déficit vitamínico, los médicos pueden recomendar el consumo
únicamente de la vitamina necesaria en jarabes o pastillas por un periodo
determinado, sin que ello signifique dejar de lado una adecuada alimentación.
Recomendaron a los padres de
familia no automedicar a sus hijos con suplementos vitamínicos. Si presentan cansancio excesivo,
sueño o bajo rendimiento escolar deben consultar con su médico y someterlos a
una evaluación médica para descartar anemia u otros problemas y aplicar un
tratamiento nutricional adecuado.
Peligros por sobredosis:
Vitamina A: irritabilidad,
disminución del apetito, fatiga, prurito (picazón) y aumento de la presión
intracraneal.
Vitamina D: falta de apetito,
náuseas, fatiga, detiene el crecimiento, afecciones al sistema cardiovascular y
renal.
Vitamina E: náuseas, daño
hepático y alteraciones en la coagulación sanguínea.
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