ECONOMÍA PERUANA EN EL
2014-2015: RAZONES PARA SER OPTIMISTA
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Cifras recientes del
Instituto Nacional de Estadisticas e Informática (INEI) mostraron que el PBI
del Perú registró un crecimiento interanual de 4.91% en marzo del 2014,
acumulando 56 meses de expansión ininterrumpida. Dicho incremento se da a
pesar de una serie de factores -principalmente- externos, que vienen mermando
la velocidad del crecimiento en un número importante de países, especialmente
emergentes.
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La economía mundial viene
enfrentando dos retos importantes: la desaceleración de la economía china y
el retiro del estímulo monetario estadounidense. Ambos elementos han generado
que la actividad económica en los mercados emergentes se expanda a un menor
ritmo que el proyectado inicialmente por sus gobiernos y por los principales
entes multilaterales.
El Perú no ha sido inmune a
los eventos mencionados, y pasó de crecer 6% en el 2012 a 5.6% en el 2013, de
acuerdo a cifras oficiales. No obstante, nuestro país sigue contando con una
de las tasas de expansión más altas de la región y reúne una serie de
fortalezas macroeconómicas y herramientas de política económica que le
permiten responder ante este escenario. Una muestra de ello es que tanto el
Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) como el Banco Central de Reserva del
Perú (BCRP) prevén un buen desempeño de la actividad productiva, proyectando
que el PBI aumentará en 5.7% y 5.5% en el presente año, respectivamente,
datos que superan a las estimaciones que se tienen para el PBI de Chile
(3.5%), Colombia (4.5%), Brasil (1.8%), y del promedio para América Latina y
el Caribe (2.5%) .
El hecho de que para este
2014 se pronostique que el Perú anote el segundo mayor crecimiento en
Latinoamérica (sólo superado por Panamá) y sea considerada una de las
economías más sólidas de la región no son detalles menores. A continuación se
repasan los factores que nos sustenta por qué nuestro país debe mirar con
tranquilidad éste y los siguientes años, aunque sin dejar de estar atentos a
cualquier cambio en las condiciones económicas.
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CARTERA DE PROYECTOS DE
INVERSIÓN.
A nivel doméstico, el sector
minero empezará a recuperar terreno en este 2014 gracias a diversos proyectos
que ya están entrando en fase de producción. Así, por ejemplo, la mina de cobre
Toromocho (Chinalco) -que inició operaciones a fines del año pasado- debería
estar operando a plena capacidad en la segunda mitad del presente año. Del
mismo modo, para el 2015 iniciarán sus operaciones las cupríferas Las Bambas
(recientemente adquirida por el consorcio chino MMG) y Constancia (Hudbay) y
para el 2016 se espera que esté lista la ampliación de Cerro Verde. Los
megaproyectos mencionados implican inversiones que bordean, en conjunto, los
US$ 15,000 millones y que aportarían cerca de 0.5 puntos porcentuales al
crecimiento de la economía en el periodo 2014-2017, según el MEF.
También se debe destacar el significativo
impulso que se le viene otorgando a las Asociaciones Público-Privadas (APP), lo
que permitirá incrementar las inversiones en infraestructura y provisión de
servicios públicos. Las APP son “modalidades de participación de la inversión
privada en las que se incorpora experiencia, conocimientos, equipos,
tecnología, y se distribuyen riesgos y recursos, preferentemente privados, con
el objeto de crear, desarrollar, mejorar, operar o mantener infraestructura
pública o proveer servicios públicos” . Ya en el 2013 se logró adjudicar US$
4,518 millones en inversiones bajo esta modalidad, destacando la Banda 4G por
US$ 1,018 millones, el Nodo Energético del Sur por US$ 700 millones, entre
otros.
Así también, para el presente
año y el próximo se tienen en cartera proyectos de inversión adicionales por
US$ 10,041 millones, entre los que destaca el recientemente adjudicado Metro de
Lima - Línea 2 por US$ 5,075 millones.
En total, existen anuncios de
proyectos de inversión privada por más de US$ 31,000 millones para el
2014-2015, de acuerdo a estimaciones del BCRP. Entre ellos, figuran (aparte de
los mencionados líneas arriba) proyectos para los sectores inmobiliario,
retail, servicios, entre otros. Dichas actividades tienen un importante
potencial de crecimiento, considerando que los mercados en los que se
desenvuelven son relativamente pequeños si se comparan con sus pares de la
región, y porque se aprecia un incremento constante del empleo y de los
ingresos del consumidor promedio.
FORTALEZAS MACROECONÓMICAS.
De otro lado, nuestro país
cuenta con una serie de importantes fortalezas macroeconómicas que le permiten
enfrentar con menores sobresaltos shocks negativos. En el ASBANC SEMANAL Nº 101
mencionamos a tres de ellas: inflación acotada, balanza de pagos equilibrada y
mercado cambiario sin rigideces.
La inflación local no ha
sufrido variaciones bruscas, y si bien -de acuerdo a cifras disponibles a abril
último- ésta se encuentra por encima de la meta establecida por el Banco
Central, no existe mayor preocupación entre los agentes económicos de que vaya
a desbocarse en lo absoluto. La tranquilidad en relación al desenvolvimiento de
dicha variable está fundamentada en la credibilidad del ente monetario y a las
herramientas con las que cuenta para que las presiones inflacionarias se
mantengan contenidas.
En cuanto a la balanza de
pagos, el Perú ha logrado equilibrar su déficit de cuenta corriente con un
saldo positivo de su cuenta financiera; más aún, la cuenta financiera ha venido
reestructurándose, acumulando mayor financiamiento de largo plazo que capitales
“golondrinos”, haciéndolo menos vulnerable ante posibles fugas de capital.
Igualmente, no existen
rigideces ni un manejo anti-técnico del mercado cambiario doméstico, ya que
éste se desenvuelve a través de un sistema de flotación administrada por el
BCRP, modalidad que le permite evitar fluctuaciones violentas, detalle
importante para un país que cuenta con una economía parcialmente dolarizada.
Además de los elementos
mencionados, el manejo fiscal del país ha sido eficiente, logrando acumular
superávits fiscales y al mismo tiempo reduciendo el peso de la deuda pública.
Ello ha permitido acumular “colchones” de recursos para ser usados en periodos
de crisis (como se hizo en el 2008-2009), convirtiendo al gasto público en una
variable contra-cíclica (el gasto se incrementa cuando la economía muestra
indicios de debilidad, y es menor en periodos de bonanza).
Todos estos factores (que se
suman a otros, como la solidez del sistema financiero, el importante nivel de
reservas internacionales netas, el aumento de acuerdos comerciales firmados con
otros países, la mayor productividad y las reformas que se vienen implementando,
como el Presupuesto Público Por Resultados, Ley del Servicio Civil, por
mencionar algunos) son reconocidos a nivel internacional y ha permitido que
nuestro país avance varios escalones dentro de las clasificaciones de riesgo de
Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch (las más importantes en su rubro) hasta
ubicarse cómodamente dentro de las naciones con grado de inversión. De la misma
manera, el riesgo país del Perú ha conseguido ubicarse entre los más bajos de
la región, lo cual refleja la confianza de los prestamistas e inversionistas de
todo el mundo en la economía local.
OPTIMISMO CON FUNDAMENTO.
Por lo expuesto, la economía
peruana seguirá mostrando tasas de crecimiento importante en los próximos años,
pero debemos estar atentos a riesgos que pueden provocar una disminución de la
velocidad de este comportamiento positivo del PBI. Está demostrado que el Perú
puede afrontar situaciones complicadas del contexto económico mundial, dado que
fue una de las pocas naciones que se expandió durante la crisis financiera
mundial más reciente.
Los pilares de nuestra economía están intactos,
y se cuenta con las herramientas de política necesarias para oponer resistencia
a toda “ola enfriadora” que se avecine, por lo que es importante que tanto el
sector privado como el Estado inyecten optimismo -con fundamento- en los
agentes económicos, con la intención de mantener al tope las expectativas de
consumidores e inversionistas.
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